Aprendemos música y lenguaje a diferente velocidad
La música y el lenguaje comparten el mismo proceso de aprendizaje. Comparten, incluso, más características, como su utilidad para comunicar, enriquecer y mejorar nuestras vidas. Existe, por tanto, un paralelismo entre el aprendizaje del lenguaje materno y la música: al igual que los niños nacen sin entender el lenguaje, nacen sin entender la música. Pero lo perciben y les llama la atención.
Entonces, ¿por qué no todos los niños aprenden y hacen música con la soltura con la que aprenden y hablan un idioma? La respuesta la vamos a desgranar aquí.
Hablemos de cantidad:
Piensa por un momento cuántos minutos al día le hablas a tu hijo y cuántos minutos le cantas. ¿Hay una gran diferencia, verdad?
Y es que, continuando con el paralelismo entre lenguaje materno y lenguaje musical, el homónimo del habla sería el canto, en vivo y en directo, donde la comunicación musical se ajusta al feedback y a la atención que muestra la otra parte. Existe un desbalance.
Hablemos de calidad:
Todos los padres y madres somos “expertos” hablando, en cuanto que podemos expresar cualquier idea que pase por nuestra mente. Esto se traduce en una comunicación altamente enriquecedora con nuestros hijos. Pero… con la música es evidente que no sucede lo mismo, dado que la mayoría de las personas no han desarrollado su Beethoven interior.
Hablemos de aprendizaje informal:
Éste es uno de los grandes protagonistas del éxito en la adquisición del lenguaje. Y es que, en los primeros años de vida, el juego, la experimentación y el ensayo-error incesante conforman un cocktail perfecto que facilita, entre otras cosas, el paso del balbuceo al habla. Pero, en música ¿se respeta dicho aprendizaje informal? ¿durante cuánto tiempo? ¿y al aprender un instrumento?
Música y lenguaje: sus etapas
Vistos estos tres apartados, vemos cómo el aprendizaje de la música va más lento que el del lenguaje y creemos esencial rediseñar el enfoque para asimilarlo mejor, aprovechando las ventajas de las que se beneficia el lenguaje. Pero, ¿cómo conseguirlo?
Atentos porque vamos a indicar cuáles serían los pasos a seguir, en orden cronológico. Y ojo, porque habitualmente se siguen de forma un poco desordenada…
PARELISMO ENTRE
MÚSICA Y LENGUAJE



Cómo identificar cada fase del lenguaje musical
Vamos a explicarlo de otro modo. Éstas son las fases ideales por las que debería pasar cualquier niño al aprender música:
Los primeros contactos con la música suceden al exponerse al canto de los padres y a la música de diferentes estilos, en vivo o grabada. Poco a poco el niño va creando un vocabulario musical de toda esa escucha.
A continuación, aparecen las primeras manifestaciones musicales del bebé (balbuceo musical). Son movimientos y sonidos espontáneos que ocurren tras un estímulo musical y que en muchas ocasiones, pasan desapercibidos por su imprecisión y falta de coordinación con su contexto musical. El bebé irá, poco a poco, experimentando con su voz a través de tonos, sus combinaciones y glissandos (balbuceo tonal) así como con la duración de los sonidos y cambios de duración (balbuceo rítmico).
Después recorrerá una amplia etapa de imitación y repetición de pequeños fragmentos musicales con los que adquiere y perfecciona su producción sonora y vocabulario musical.
Todo ello, desembocará en la improvisación y expresión de sus propias ideas musicales, como pequeñas melodías y ritmos. Desde nuestro punto de vista, éste es el objetivo principal de una educación musical que se considere de calidad. Sin embargo, tristemente, esta etapa clave es infravalorada y evitada en muchos métodos de enseñanza e instituciones educativas.
Después de recorrer durante una importante cantidad de años estas etapas y estos pasos necesarios se han consolidado, es el momento de pasar a la lectura y escritura musical, utilizando el vocabulario auditivo que ya han adquirido y asimilado previamente.
Lo que viene después “simplemente” es ampliar, ampliar y ampliar su vocabulario musical, mejorar su discriminación auditiva, refinar su técnica vocal y adquirir autonomía para aprender por sí mismos.
Conclusión
Es fácil pensar que la música se aprende por sí sola, con simplemente escucharla. Pero ese modelo solamente te permite acceder a las etapas más iniciales del aprendizaje, como la imitación musical.
Para adquirir un lenguaje musical y una comprensión plena de la música es necesario copiar el modelo del lenguaje materno, donde se respeta un orden y una progresión natural, donde cada etapa sienta las bases de la siguiente y cada paso está perfectamente adaptado al aprendiz.